Revista

PROFESOR HONESTO. AMIGO ETERNO.

 

Su morir consiguió. Mas fue tan vivo 
su vivir, que aunque yace aquí inerme, 
vigilándolo está, quieto, el destino.

Eternidades

Juan Ramón Jiménez





 

El 10 de Abril, Herbert Tirado Vilela, hombre honesto y amigo nos deja el recuerdo de lo que significa ser honrado, leal a sus principios y a las causas que creía justas y buenas para el bienestar de sus colegas, del que nunca buscó el beneficio o figuración personal en sus acciones, de los que supo postergar sus intereses particulares en pro del bien común, características de entrega apasionada a una vocación de servicio propia de los grandes hombres y que lo transforma en símbolo en la Sociedad Peruana de Dermatología.

Permítaseme el trazar algunas huellas de su biografía. Nace en Chiclayo el 3 de Diciembre de 1939, fruto de la unión de don Timoteo Tirado Llanos y doña Rosario Vilela Loayza. Realiza sus estudios en el colegio nacional "San José" de Chiclayo. Ingresa a la Facultad de Medicina de "San Fernando" en 1959. Contrae matrimonio con la dama piurana Cecilia Cedano Santos, en 1969, conformando una pareja enamorada que dio cinco hijos: Herbert, ingeniero industrial; Jorge, médico actualmente haciendo la residencia de Dermatología; Arturo, ingeniero electrónico; Javier diseñador y Angélica, arqueóloga. Profesionalmente trabajó inicialmente en el Oriente peruano, en la Seguridad Social en PucalIpa y en la construcción del oleoducto norperuano, lo que le permitió conocer los problemas y necesidades del país. A partir de 1980 reingresa al Seguro Social laborando en el hospital Sabogal y en el policlínico "Los Próceres" hasta su jubilación en el 2002.

En su actividad gremial en la Asociación Médica del Seguro Social del Perú (AMSSOP), fue el primer presidente electo del policlínico "Los Próceres", Delegado Nacional de la AMSSOP; Secretario General de la Asamblea General de Delegados; Vocal en las Juntas Directivas de 1992 y 1994; Secretario del Fondo de Retiro y Fallecimiento desde 1994 hasta 1998. En la Sociedad Peruana de Dermatología integró numerosas Juntas Directivas y tuve el honor de que me acompañara en dos períodos en que ejercí la presidencia y comprobé su indomable espíritu en tiempos de lucha por hacer respetar los fueros de la Sociedad. En 1996 forma parte del equipo que relanzó la revista de la Sociedad y del grupo que funda el Capítulo de Cirugía Dermatológica, Capítulo del que fue su segundo presidente.

Herbert Tirado Vilela fue un docente con su ejemplar vida; vivió lleno de fortalezas y virtudes, vivió de tal manera que al morir sonreía y los demás lloraban, libre ya de las muertes sucesivas pues había alcanzado, en una frase de George Washington, "el más envidiable de todos los títulos, el carácter de hombre honesto".

Presentamos dos pinceladas sobre él en los testimonios de dos amigos y compañeros de trabajo

"Conocí a Herbert en el verano de 1980 en el antiguo hospital de la Seguridad Social del Callao. Hicimos rápidamente una profunda amistad. Era un ameno conversador dominaba muchos temas y tenía siempre un punto de vista interesante o una propuesta práctica. En 1982 nos incorporamos como Titulares a la Sociedad Peruana de Dermatología. La ponencia de Herbert, escuchada con gran interés por nuestros profesores, versó sobre sus experiencias médicas en la selva, en una dura realidad carente de recursos, donde la imaginación valía tanto como el conocimiento o más. De inmediato empezó a colaborar en la Sociedad con gran dedicación. Parecía decir "no debemos preguntarnos qué puede hacer la Sociedad por nosotros, sino qué podemos hacer nosotros por ella ". Fueron años breves, pero fecundos, en donde fui testigo de su conducta ejemplar, la dedicación a su familia y su vehemencia para mejorar las condiciones de atención a los pacientes.

Sus actividades en el Capítulo de Cirugía Dermatológica y en la revista "Dermatología Peruana" las realiza como ignorando a su salud resquebrajada, con la fortaleza y aplomo que le eran característicos. Me resulta difícil decir en breves palabras, lo que significó Herbert y su amistad en esos años de relámpago, por eso en estos días de redoble, pienso que de él se puede afirmar que en su relación entre el dolor y la espiritualidad, su fuerza vencía, como una isla que se yergue a pesar del mar tormentoso. Hasta pronto amigo Herbert". (Humberto Costa Alfaro)

"Escuchar a Herbert era como estar en un auditorio ante un conferencista que hilaba unas ideas con otras a pesar de lo diferente de los temas que tocaba. Su fuerte era tratar el asunto gremial porque era muy solidario con su profesión y los colegas. Pero no dejaba a un lado la amistad que él ponía para con cada uno de sus amigos. Pasar muchas horas en su compañía por razones de trabajo, me permitió conocerlo bastante bien. Por ello su recuerdo me será siempre grato... " (Emma Ávila del Carpio).

HERBERT, AMIGO ¡DESCANSA EN PAZ!

Dr. Luis Valdivia Blondet

VOLUMEN 13

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Volumen 13, año 2003
Número 1

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