Revista

IN MEMORIAM

 

SEÑOR Y AMIGO

El 18 de Agosto de este año, el Dr. Raúl Gallarday Vásquez dejó esta vida de una forma rápida, sin dolor y silenciosa: Dios le deparó una muerte apacible y rodeado por sus seres más queridos: su esposa, la Sra. Ana María y sus hijos Raúl Armando y Julio Enrique.

Nacido en Lima el 5 de Mayo de 1923 realizó sus estudios en el Colegio la Inmaculada". lngresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos graduándose de Médico Cirujano el 31 de Octubre de 1952 y se incorporó como Médico Militar al Ejército Peruano. Su especialización en Dermatología lo realizó en la Facultad de Ciencias Médicas de Buenos Aires, Argentina en los años 1958 y 1959, bajo la dirección de los Profesores, Doctores Luis Pierini, Guillermo Basombrío, Julio Borda y Aarón Karnirisky.

A su retono al país integra el servicio de Dermatología del Hospital Militar Central, donde ejerce la Jefatura del Servicio desde 1962, hasta su retiro del Ejército, en 1977 pasando a ser Médico Consultor.

Como docente fue profesor de la Cátedra de Dermatología de la Facultad de Medicina de San Fernando, Universidad Nacional Mayor de San Marcos donde no sólo impartió enseñanza dermatológica, sino también de bonhomía, siendo ejemplo de vida para los que tuvieron la oportunidad de trabajar a su lado o disfrutar su amistad.

Fue miembro titular de la Sociedad Peruana de Dermatología, a la que aportó sus mejores esfuerzos, llegando a ser Presidente en el período 1976-77. Miembro Titular de la Asociación Argentina de Dermatología y Sifilología, Federación Bolivariana de Dermatología y Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología.

Por su merecimiento en el Hospital Privado de Piel, de Buenos Aires, Argentina lo nombró miembro Honorario.

Recibió en vida el reconocimiento del Ejército Peruano a sus innatas virtudes profesionales y humanas con las condecoraciones "Orden al Mérito por Servicios Distinguidos" en el grado de Comendador y “Cruz Peruana al Mérito Militar” en los grados de Oficial y Caballero, Institución tutelar de la Patria de la que se retiró con el alto grado de Teniente Coronel.

La Sociedad Peruana de Dermatología, siempre agradecida con los médicos que desempeñaron un rol especial en su desarrollo lo nombró Miembro de Honor del VI Congreso Peruano de Dermatología y lo distinguió con el Alfiler de Oro de la Sociedad Peruana de Dermatología.

La vida de los Dermatólogos de limpia trayectoria médica se prolonga a través de sus obras. La muerte es sólo el paréntesis de la experiencia física. Su esencia espiritual permanece en el tiempo y el espacio como un mensaje de optimismo para actuar con altura y dignidad en la lucha cotidiana.

Dr. Raúl Gallarday Vásquez, permítanos agradecerle por legarnos el valioso tesoro de sus virtudes que son guía del camino del honor y la decencia por el cual usted transitó toda su vida.

Desde la inmortalidad su recuerdo nos dará la fuerza moral para continuar luchando por nuestra Patria y por la Dermatolgía, sin rendirnos ante las dificultades o infortunio, tal como usted nos enseña con su vida ya cumplida.

En nombre de la Sociedad Peruana de Dermatología y de quienes tuvimos el honor de conocerlo, le damos las gracias por la estela que nos deja su recuerdo.

Querido Doctor, Profesor y amigo: ¡Descanse en Paz!

 

ADIOS AL MAESTRO

Profundo pesar ha causado en la comunidad dermatológica internacional la desaparición del señero e ilustre profesor y mejor amigo, Dr. Alejandro A. Cordero, ocurrida recientemente en la ciudad de Buenos Aires.

El Dr. Cordero fue autor de numerosas publicaciones científicas y perteneció a diversas Sociedades Internacionales, siendo también Miembro Honorario de nuestra Institución. De personalidad carismática, era sencillo y directo en el trato personal. Fue un profundo conocedor de las diferentes Escuelas Dermatológicas, lo que le sirvio para modernizar el sistema de enseñanza de la especialidad en la Argentina. Se dedicó tempranamente, con juvenil devoción, a la docencia y a la atención de sus pacientes, a pesar de tener una situación económica muy holgada. El escuchar sus clases, fue para alumnos y profesor un envidiable privilegio, pues era ameno, didáctico y elegante en el estilo; pero hondo en el análisis, abordando temas a diferentes niveles, por la variedad de su audiencia. De allí la expresión de don Alberto Wascoff cuando decía: "Hay que estar atentos para escuchar lo que dice el profesor entre líneas".

Por sobretodo fue y quiso ser, maestro. Es maestro quien está imbuido en la sed del conocimiento, y al mismo tiempo en la necesidad de transmitirlo. Para enseñar, hay que aprender, y mucho. Tal constituyó la regla de oro de la fecunda trayectoria del profesor Cordero.

Al cumplir 80 años y en el marco de la RADLA realizada en Buenos Aires en 1993, recibió el título de Maestro de la Dermatología Argentina, dando una recordada Conferencia Magistral sobre Estructura y Función de la Piel, que muchos pudimos apreciar en un vídeo que se difundió posteriormente en Lima. La dermatología nacional agradece las enseñanzas recibidas por el Dr. Alejandro A. Cordero y le rinde póstumo homenaje.

 

VOLUMEN 7

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Volumen 7, año 1997
Número 2

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