Revista

EDITORIAL
TODOS SOMOS LA SOCIEDAD PERUANA DE DERMATOLOGÍA

 

En una época creadora en que surge incontenible un mundo nuevo gracias a los aportes de la ciencia y la tecnología, y en el que también se agudizan los problemas sociales, económicos y políticos en los países menos desarrollados, y en medicina, los problemas éticos que se plantean son complejos y como resultado de estos desarrollos la responsabilidad de mantenernos al día es más exigente y difícil. Los avances científicos van muy de prisa, por lo que existe la necesidad de contar con una sociedad científica de la especialidad que nos proporcione esos medios de actualización y nos facilite la comunicación entre especialistas de un campo y de otros afines, para intercambiar ideas y conocimientos, no sólo sobre ciencia y ética, sino también que nos sustente en la solución de problemas gremiales; y defensa de los fueros de la especialidad.

Esta hora de cambios exigen nuestra Sociedad Peruana de Dermatología mantenerse vigorosa y vigente, esto supone un esfuerzo de solidaridad interna y la participación de todos los socios de la orden para poner a su servicio la apreciación y el apoyo económico de cada uno de ellos. Nuestra real participación asegura mayor profundización o perfección de sus iniciativas y determina una acción más eficaz sobre la Sociedad.

El momento amerita que tomemos ciara conciencia de la absoluta necesidad de que participemos de modo real de su desarrollo y el paso indispensable es hacer vida institucional para conocer las fuerzas de la Sociedad Peruana de Dermatología y sus limitaciones, comprendería en la amplitud de su accionar, quererla, de forma que cuando los socios asuman funciones directivas la hagan con pleno conocimiento, poniendo eficacia y eficiencia en su gestión.

Para esta participación no se requiere ningún mecanismo especia¡, sólo demanda la entrega de nuestra capacidad al servicio de nuestros colegas y del país libre de intereses particulares, con entusiasmo y sin egoísmos.

Recordemos que la Junta Directiva es sólo el órgano rector que conoce y administra la Sociedad, y el Presidente quien dirige la actividad institucional, pero la Sociedad Peruana de Dermatología somos todos, y consecuentemente, todos debemos preocuparnos por el cumplimiento de sus fines, ello es de nuestro interés, Debemos olvidarnos de una característica que distinguen a los países latinoamericanos, en especia¡ al nuestro, y es el de crear asociaciones paralelas con semejantes o iguales fines, produciendo con la dicotomía una pérdida de esfuerzos y confusión institucional que conducen a retrocesos. Ejemplos tenemos, no solo en nuestro campo médico, sino en todos los campes de la actividad científica, gremial, cultural, etc., que se realizan. Es nuestra responsabilidad evitarlos, si queremos ser "cabeza de león" aprendamos primero a trabajar desde las bases de nuestra asociación.

Nuestra Sociedad Peruana de Dermatología cumple 36 años de actividad, y son numerosos sus logros, no la debilitemos. Ahora se avecina nuestro Congreso, que por primera vez va a realizarse fuera de Lima, apoyémoslo con nuestra asistencia, consiguiendo colaboraciones, trabajando en él.

Pensemos, finalmente, que la grandeza de las instituciones depende de la entrega persona¡ de los hombres que la forman, que le dan continuidad y las hacen perdurables.

La existencia y fortaleza de nuestra Sociedad hace fuerte y asegura el respeto a nuestro campo de actividad.

Todos somos la Sociedad Peruana de Dermatología, sólo así lograremos una sociedad participativa, con líderes que nacen de una vida societaria de entrega y sin egoísmos.

Dr. Luis Valdivia Blondet
Editor Dermatología Peruana

VOLUMEN 10

1 2 Sup. Especial

Volumen 10, año 2000
Número 1

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